Posdata

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AGUILAR, 12 ene 2012 - 392 páginas

A los ochenta y ocho años, Carlos Páez Vilaró decidió escribir la
posdata de su vida. Aquí se descubrirá del pintor, la faceta invisible
de escritor, al mismo tiempo que viajará y vivirá con él todas sus
aventuras.

"La posdataes el suspiro final de una confesión que nos habilita a
recuperar de nuestra memoria algo que quisimos decir y se nos pasó de
largo. Es la chance que se nos abre al terminar una carta para sumarle
todo aquello que se escapó de nuestra concentración"
Elartista que ha hecho de su vida una permanente y profunda
investigación, y que ha dejado la mayor parte de su obra diseminada por
los caminos que recorrió uniendo su pasión por la pintura y su pasión
por los viajes, decidió a sus ochentay ocho años escribir la posdata de
su vida.
Como una obligación que se impuso a sí mismo, mientras recorrió el mundo
pintando murales, filmando o haciendo exposiciones, fue reflejando en el
papel sus impresiones. Revisó este cúmulo de anotaciones y las llevó a
las páginas de este libro, dondequeda reflejada su particular forma de
ver el mundo.
No recular nunca, no dejarse vencer por las contrariedades, responder
con una sonrisa a las ofensas, enfrentar con optimismo los contrastes,
desvestirse de arrogancia, optar por el camino de la humildad, actuar
sin aspirara la medalla, son algunas de las fórmulas que Páez Vilaró ha
puesto en práctica y que deja ver a lo largo de estas páginas.
"La vida no es otra cosa que una excusa para encontrar la manera de
vivirla. Por eso, al llegar a mis ochenta y ocho años recargo las pilas
y avanzo hacia el misterio#

 

Términos y frases comunes

Sobre el autor (2012)

Carlos Páez Vilaró (Montevideo, 1923 - Punta Ballena, 2014). En su juventud partió hacia Buenos Aires, donde se vinculó a las artes gráficas como aprendiz de cajista de imprenta. De regreso en Uruguay, motivado por el candombe y vinculado con la vida del conventillo Mediomundo, pintó sus motivos, compuso para comparsas lubolas, decoró tambores, y buscó imponer ese ritmo dentro de la vida cultural uruguaya. Pintó también lavanderas, velorios, navidades, mercados y bailes a la luz de la luna. Agotado el tema, partió hacia Brasil, desde donde inició un largo viaje a través de todos aquellos países en los que la negritud tenía una fuerte presencia: Senegal, Liberia, Congo, República Dominicana, Haití, Camerún, Nigeria A lo largo de ese recorrido, pintó centenares de obras, realizó múltiples exposiciones y dejó su sello en monumentales murales. Se volcó a la pintura, a la escultura, a la cerámica y al cine. Conoció a Picasso, Dalí, De Chirico y Calder en sus talleres y vivió con el doctor Albert Schweitzer en el leprosario de Lambaréné. Integrando la expedición francesa Dahlia, realizó en África el filme Batouk, elegido para clausurar el Festival de Cannes de 1967. Dos años más tarde volvió a presentar allí su nuevo filme Pulsation, con música compuesta especialmente por Astor Piazzolla. Radicado finalmente en Punta Ballena vivió en Casapueblo, su escultura habitable, modelada con sus propias manos sobre los acantilados que dan al mar.

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